7/04/2006

De casualidades también se vive

“Mi viaje hasta la gran ciudad ha sido más bien corto, no me he parado más que lo necesario, tienda de fotografía, [...] de allí camine hasta el centro histórico, al Fnac a por más entradas... ¿El concierto?, pues esta vez se trata de Najwa Nimri, la adoro tanto como actriz, cantante, y por supuesto como mujer (es su personalidad arrolladora lo que me atrae). No pude comprar las entradas, el ordenador no funcionaba, vaya por dios, bueno pues a seguir caminando... Cogí el metro y de vuelta al campo.”


Jacob coge el metro todos los días. La línea 1, una de las más antiguas de Valencia, puesto que es la única que pasa junto a su casa en las afueras, y además, la suele utilizar a mediodía para ir al centro. Jacob cogió una infinidad de veces la línea 1 del metro a esa misma hora, seguramente, en uno de esos vagones se sentaría mientras curioseaba libros de fotografía.


Este fragmento lo he entresacado de un email que me escribió hace unos meses. Me relataba una exquisita tarde de primavera valenciana. La descripción del meticuloso proceder de los pasajeros en el interior del metro, de sus observaciones detalladas, de sus manías meticulosas, y de todo el ritmo litúrgico de una hora punta en el subterráneo, la reservamos para nosotros.


Afortunadamente, Jacob no cogió ayer ese tren porque estaba en otra ciudad. Es verano. No hay clases de fotografía ni comedor escolar donde trabajar.

Amigo Jacob, las supersticiones no existen, lo sé. Pero la bolita de bingo que estaba perdida bajo tu cama volvió a su caja correspondiente. A tiempo de... Que disfrutes –ahora sí- de tus nuevas noches isleñas. Gracias por la socarrona idea de marcharte en julio a otra ciudad menos calurosa. Vaya susto.

Pequeño recuerdo, desde la cercanía casual, a las víctimas del accidente de metro en Valencia.

Nuestro modesto apoyo.

Le podría haber tocado a Jacob.


3 comentarios:

VICTRIX dijo...

Claro que le podía haber tocado a él y afortunadamente no fue así. Pero también te podía haber pasado a ti, a mí, a mi vecino, a un familiar que nunca ha visitado Valencia y ésta era la primera vez... Y ese es el verdadero drama, el del azar de algo tan trágico que nadie puede esperar. No se trata de un pobre enfermo terminal, o de un octogenario sino de personas que han salvado o han perdido la vida por minutos, por casualidades, por detalles. Alguien que olvidó coger dinero, volvió a casa y perdió el fatídico vagón. O una persona que lo cogía siempre y ese día no fue a trabajar por tener que ir al dentista. O Alguien que nunca había montado y que tuvo que hacerlo para ir al médico o para encontrarse con un amigo que se sentirá toda la vida responsable, aunque no sea su culpa. La vida es rutina pero ante todo coincidencias y casualidades. Detalles. Suerte. Tanto para lo bueno como para lo malo. Siempre es trágico perder a un ser querido pero de esa manera tan casual lo es todavía más. No puedo imaginar el dolor de esa gente.

Anónimo dijo...

mi apoyo también para los familiares de las víctimas. Todos somos valencianos por un día.

Ethaw dijo...

Mi duelo en esto de las catástrofes y estos pelos de punta para lo que tenga que ver con las casualidades.