Yo no sé las siglas de las quinientas agrupaciones que se manifiestan hoy en Madrid. Exijo que se expliquen. Yo no sé por qué el pepé no se une a ellas, si su razón era la inclusión de un término, actualmente trivializado en demasía, en una simple pancarta tras la que ocultarse –insisto, la inclusión de la palabra, tampoco sé si apostaba por el concepto en sí- puesto que ya se ha incluido. Y si no era ésa solamente, que también se explique mejor. Añado: allá de los que necesiten un discurso oficial que obedecer y una postura colectiva que adoptar, sin ser capaces por sí mismos de hablar, que para eso nos dotó el Tiempo de voz. A mí no me hacen falta siglas para pisar el pavimento de la calle, sólo ganas. Centrados en la pancarta, yo no sé a qué paz se hace referencia en ella, si es al estado de armonía de la naturaleza, o es al “chicos, que haya paz”, o es a permitir de brazos cruzados que unos terroristas campen a sus anchas por la calle con traje, corbata y cuenta corriente rebosando a borbotones. (Dicho sea de paso, reniego de cualquiera de estas tres paces). Yo no sé qué país es éste en el que una marioneta subvencionada insulta públicamente a diez millones de ciudadanos de pleno derecho. Yo no sé por qué nadie se inmuta cuando una banda terrorista -en su anexo oteguiense- toma las calles para reclamar lo que sea. Yo no sé por qué me vuelvo loca. Yo no sé casi nada.
Sólo constato y anoto, a vuelapluma, la siguiente enumeración de hechos y observaciones:
ETA mata.
- Reflexiono para mis adentros: nunca dejó de hacerlo.
- Me concentro en silencio los días siguientes frente a mi ayuntamiento como siempre he hecho, tuviera o no mayoría de edad –para pensar no hace falta dni-, con el objeto de recordar a dos asesinados y de protestar contra sus asesinos (ETA) y todo aquel que les incubra o les apoye, en sus múltiples variantes.
- Veo dudosas muestras de credibilidad y firmeza por quien ostenta el poder del gobierno, que además, ni siquiera se ha dignado en compadecer personalmente a algunos familiares de los asesinados.
- Se organiza un pitoste por la convocatoria de una manifestación en conjunto no sé cuántos días después, con un propósito sin identificar y un lema inconcluso. De todas formas, pienso: yo ya me manifesté en el día correcto con mi lema escrito en mi sola voluntad y mi presencia anónima.
- Se celebra el Día del Terrorismo Callejero en un país democrático, con numerosas muestras de exaltación de la onomástica sin ningún tipo de mención, condena o persecución por los correspondientes encargados de la seguridad. (¿Alguien ha pensado en qué ocurriría si se celebrase el día de los violadores?)
- Un individuo sugiere la idea de fabricar un “cordón sanitario” contra una parte de la población española –de pleno derecho y libertad de pensamiento. Contra mí, entre muchos, pues simplemente comparto algunas ideas que le llevan al colerizado a insultarnos libremente.
- Ese individuo encabeza la manifestación.
- Ergo yo no voy a esa misma manifestación. ¿Estoy en mi derecho o me van a seguir insultando?
- Decido quedarme en casa buscando información sobre Mein Kampf –en los periódicos de hoy-, releyendo Un mundo feliz, y me cercioro de la fecha en que Hitler su suicidó. Para los curiosos: aún no hemos llegado a ese día.
- A todo esto, hace un frío que pela...
2 comentarios:
Agradable ver reflejado en tus textos el pensamiento que recorre azorado el propio interior. Le ayuda a uno a no sentirse tan solo en estos días en los que casi todos los medios de comunicación hablan el mismo idioma que soy incapaz de entender. Algún día conseguirán que me sienta extraño a mi propia tierra, y ese día todo habrá acabado.
E.C.
los suscribo al 100%
n a c o
Publicar un comentario