Manual del perfecto censor en cinco sencillos pasos:

(ideal para listillos amateurs o tontos de pacotilla; por favor, los demás absténganse, no lo intenten en sus casas porque conlleva efectos imprevisibles)

Paso 1. Declararse independiente y hacerlo constar -alto, claro, en mayúsculas, cada día- por si cabe alguna duda. (Ver recorte de la derecha)

Paso 2. Ignorar, denostar, fumigar o lapidar cualquier crítica en contra. (Ejemplo)

Paso 3. Rehusar el partidismo acérrimo y mostrar, ante todo, respeto a la libertad de opinión e ideología. (Ejemplo)

Paso 4. Deshacerse de los indeseables, no vaya a ser que te contagien sus virus. (Ejemplo)

Paso 5. Asegurarse de la continuidad de los cromosomas que tan exitosos han demostrado ser, y dejar el patrimonio en buenas manos. (Ejemplo)

Ahora hagan la prueba calificando el siguiente fragmento de Isaiah Berlin (si no entienden nada, ya están listos para incorporarse a la redacción de El País en condición de independientes-de izquierda; venga, venga, tempus fugit):

"Ser libre es no estar obstruido, es ser capaz de hacer lo que uno quiera hacer. [...] La libertad no es una palabra que denote un fin humano, sino un término para designar la ausencia de obstáculos –en particular, obstáculos que resultan de la acción humana para la realización de cualesquiera fines que los hombres puedan perseguir–. Y la lucha por la libertad, al igual que la lucha por la justicia, es una pugna, no por un fin positivo, sino por condiciones en que puedan llevarse a cabo esos fines positivos: es despejar un espacio que, sin los fines que vale la pena perseguir en sí mismos, permanecería vacío."

Nota de mediodía: parece que algunos ya van aprendiendo

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Afortunadamente, a veces la realidad es tozuda,

aunque ahí haya quedado la cosa...

-Siempre lo he tenido por periodista respetable y sabedor, pero hoy toca decirlo: nuestro apoyo para Hermann Tertsch, mejor libre que libertario-